A veces metemos la pata… y ya no sabemos ni cómo componerle. Lo que sí sabemos es que ya no queremos seguir alejados de nuestra media naranja o ser querido. Así que tenemos que idear un plan para lograr esa reconciliación!
Deja de angustiarte y sigue este consejo!
Lo primero que debes hacer es comprender qué fue lo que ocasionó la molestia. Muchas veces queremos saltarnos este paso y llegar directamente a la disculpa y listo! ¿Pero adivina qué? Si no aprendes qué fue lo que hiciste mal, existen altas posibilidades de que lo vuelvas a repetir y que ya no existan próximas reconciliaciones…
Entonces, entiende qué hiciste mal, seguramente es tu ego lo que ocasionó el desacuerdo, puede ser falta de paciencia, de compasión, de compromiso, de responsabilidad, egoísmo etc. ¿Ya sabes qué hiciste mal? Felicidades! Estás del otro lado, ahora, reúne tus palabras más sencillas y di la frase mágica: LO SIENTO y di qué sientes de corazón no haber tenido antes: Lo siento, perdí la paciencia. Lo siento, no comprendía cómo te sentías, etc.
¿Sientes un nudo en la garganta y no te salen las palabras? Escríbelo! Pero no por whats app!!!! Escríbelo de tu puño y letra.
Ojo, si cuando pidas disculpas estás buscando que el otro reconozca su error, vas por mal camino. Recuerda: enmendar implica reconocer lo que nosotros hicimos mal, no implica ir a echarle en cara a la otra persona lo que hizo mal… esa es su responsabilidad, tú trabaja con la tuya.
Si confías en tu fuerza de voluntad, compromiso y capacidad de cambiar, promete que procurarás no volverlo a hacer. Por favor, sólo promete lo que realmente vas a hacer! No prometas de más, las falsas promesas y la desilusión diluyen los lazos de amor y confianza. Recuerda a Pedro y el Lobo!!!
Estamos hechos para amar, deja atrás el orgullo y disfruta de la compañía de tu ser querido, cada segundo cuenta!