El “diluvio” egipcio. ¿Será coincidencia?

A veces pensamos que nuestra creencias, historias de religión o ideologías son únicas… pero en la realidad somos parte de un todo y tenemos más en común de lo que creemos. Esta historia está tan buena, que vas a necesitar palomitas, prepárate!

En el antiguo Egipto, existían varios dioses, uno de los más importantes era RA. Este dios era el dios del sol, del cielo y el que creó a todos los dioses egipcios. De hecho los faraones se consideraban sus hijos y te voy a explicar por qué…

Al inicio del universo, sólo existía la obscuridad y una gran extensión de agua. El agua tenía un poder infinito y un día salió del agua un huevo que contenía a Ra. Ra tenía el poder de la creación, así que fue creando poco a poco el universo: el sol, el viento, la lluvia, la tierra y el cielo, a todos ellos los hizo dioses. Después creó a los hombres y mujeres y todo lo demás que existe en el universo. Creaba a través de nombrarlos y su poder estaba en el nombre de él mismo, por lo cual, sólo él lo conocía y no lo revelaba a nadie, guardándolo en su corazón. Sabía que revelar su nombre sería revelar su poder y perderlo.

Ra podía asumir la forma que él quisiera, la más preferida era un pájaro, sin embargo, un día decidió tomar forma de hombre y se convirtió en el primer faraón de Egipto. Los egipcios lo adoraban, ya que traía mucha prosperidad, les daba muy buenas cosechas y sus leyes eran magníficas. Sin embargo al ser hombre y con el paso de los años, Ra comenzó a envejecer y los egipcios comenzaron a burlarse de él y a desobedecerlo.

Ra estaba muy molesto y al ver que su pueblo no reaccionaba, decidió convocar a todos los dioses que él mismo había creado y les pidió consejo. Los dioses le aconsejaron destruir a la humanidad. Así que Ra creó una hija Sekhmet, una diosa sanguinaria que perseguía a los egipcios hasta matarlos y se relamía su sangre.

Después de muchas muertes, Ra se apiadó de la humanidad y decidió detener la matanza, por lo cual ideó un plan para detener a su hija. Ra reunió ámbar y mandó a hacer cerveza, colocó la cerveza a la luz de la luna y la cerveza se volvió roja. Sekhmet vió el líquido y pensando que era sangre lo bebió, bebió tanto que se olvidó de matar y acudió a ver a su padre.

Ra al verla se sintió feliz porque su hija había dejado de matar a la humanidad, así que decidió cambiarle el nombre y la nombró Hathor, con lo cual la convirtió en la diosa del amor, la pasión y la dulzura.

Ra siguió reinando y continuó envejeciendo. Los dioses comenzaron a casarse y tener hijos y entre ellos tuvieron a Isis, la diosa más sabia. Isis lo sabía todo, lo único que no conocía era el nombre de Ra. Se propuso conocer el nombre de Ra, porque de esta manera obtendría su poder.

Isis tramó un plan y siguió a Ra durante varios días para conseguir un poco de su saliva. En un momento de descuido y vejez, la saliva de Ra cayó a la arena y entonces Isis la recogió y creó una serpiente. Regresó con la serpiente y la colocó en un lugar donde pudiera morder a Ra.

Ra fue mordido por la serpiente y cayó preso de un terrible dolor, un dolor inmenso, sentía que lo quemaba por dentro. Los demás dioses escucharon los quejidos de Ra y acudieron para ayudarlo, entre los dioses se encontraba Isis. Al verlo en agonía, Isis le dijo: Te ha mordido una serpiente que tú has creado. Ra respondió: No, yo no la he creado. En ese momento Isis aprovechó: Dame tu nombre para poder curarte, para crear la cura.

Ra la tomó de la mano y le dijo: Prométeme que no se lo dirás a nadie, salvo al hijo que tengas y llamarás a tu hijo Horus. Horus deberá guardar el nombre por siempre y no contarlo ni a hombres ni a dioses. Isis juró cumplir con lo que Ra le solicitaba y Ra le dijo su nombre, ese nombre que guardaba en su corazón.

Isis curó a Ra, el nombre de Ra que daba creación a todo pasó de Isis a Horus y ahi permaneció por siempre…

¿Coincidencias? O será que es un “clásico” portarnos mal…

Al centro Ra, representado con la cabeza de un pájaro y un círculo sobre su cabeza que representaba el sol.
 

Al centro vemos al dios Ra, con la cabeza de un pájaro y sobre su cabeza un círculo que simbolizaba el sol.

 

 

 

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