¿Te salió mal? Ríete!

A veces nos tomamos la vida demasiado en serio y eso nos provoca que dejemos de disfrutar el presente.

Cuántas veces no te ha pasado que no salieron las cosas como tú las esperabas. ¿Esa relación no funcionó? ¿Tu trabajo no es lo que esperabas? ¿Cocinaste y se quemó la comida ¿Emprendiste un nuevo deporte y no eres el mejor? ¿Te cambiaste de casa y no te gustó?, etc. Anímate y ríete un poco. Ríete de ti mismo, de tus errores, de que hiciste el oso, etc.

La vida se trata de una serie de aprendizajes que te ayudarán a crecer, entonces, no te latigues cada que cometes un error, no te castigues tanto, relájate y suelta el mal humor, la tristeza, la decepción. Equivocarse es normal: vienes a aprender.

Si algo te salió mal, checa lo que puedes hacer:

  1. Analiza por qué te salió mal. Estabas mal informado, te precipitaste, tomaste un riesgo, omitiste información, tu ego fue demasiado grande, etc.
  2. Toma responsabilidad. Asume lo que hiciste mal y comprométete a mejorar la situación.
  3. Toma acción. No te quedes enojado o deprimido, busca cómo mejorar. Si afectaste a alguien más que a ti, tal vez a tu familia, amigos, compañeros de trabajo, etc. es importante que busques una solución y compártela con los afectados, a todos les va a dar mucha tranquilidad saber que eres consciente de tu error y que buscas cómo repararlo.
  4. Aprende. Para que los errores no se repitan es importante aprender de la lección. Pregúntate: ¿Por qué me pasó? ¿ Qué debo hacer la próxima vez?
  5. Ríete! El secreto está en la actitud.  Nunca pierdas el sentido del humor sobre ti mismo. Cuando mantienes una actitud positiva es más fácil que encuentres la solución o el punto de mejora para lo que te salió mal. Todos cometemos errores y si ya hiciste los 4 pasos anteriores, relájate y ríe.

¿Y a ti qué te ha salido mal?

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