Tips para hablarle con amor a un niño

Seguramente muchos recordarán que en su infancia conocieron el cinturón, la “chancla” voladora de mamá, los pellizcos, las nalgadas, etc. La forma de educar a los niños ha cambiado y se está transformando en una educación más positiva, principalmente eliminando la violencia, al menos en muchos hogares que conocemos.

Sin embargo, hay un pequeño gran detalle que aún descuidamos y que causa un gran impacto en los niños: nuestras palabras. Les puedo apostar que muchos han escuchado a un adulto decirle a un niño las siguientes frases: No seas tontito, tú no puedes hacer eso, te pueden robar, te puedes ahogar, gordito, pecosito, etc. ¿Les suenan conocidas?

Muy bien, ahora vamos a clasificar estas frases en 3 temas y vamos a revisar porqué no son positivas y cómo cambiarlas hacia algo positivo.

  1. Afectar su autoestima: Gordito, pecosa, flaquito, morenita, etc. Son frases que decimos inocentemente, sin embargo, al decirles al niño un adjetivo calificativo podemos mermar su autoestima. ¿Por qué? por que conformen crecen, de acuerdo a su entorno, empiezan a clasificar las cosas como buenas y malas, y años después nos damos cuenta que pasó de “gordito” a “soy un gordo”. Si queremos decirles cosas hermosas, hay que asegurarnos que en ninguna perspectiva se vuelvan negativas, prueba diciendo: Mi niño hermoso, te ves guapisim@, mi angelito, etc. Por su puesto que las frases: no seas tontito, mensito, etc. deben quedar eliminadas de nuestro vocabulario.
  2. Mermar sus capacidades: Tal vez el niño está intentando hacer algo por primera vez y probablemente no sea apropiado para su edad y entonces sale la frase: Tú no puedes hacer eso! Se entiende que lo quieres proteger, pero mejor cámbiala por un: Yo te ayudo, yo te enseño, hagámoslo juntos, etc.
  3. Crear miedos: La famosa frase: Te pueden robar. Muchos de los miedos que guardamos como adultos, los creamos en la infancia. Si tu mamá te repetía constantemente que te iban a robar, ¿cómo te sentías al andar en la calle? y ¿cómo te sientes hoy cuando andas solo?. Nuevamente son miedos que creamos sin darnos cuenta y con la finalidad de proteger, sin embargo, hay que refrasearlos. Si el niño salió corriendo solito, prueba regresarlo contigo diciéndole: Mira lo que tengo para ti, te voy a contar un secreto o mejor aún: Ve por él, seguro que ya estás cansado… pero lo amas, verdad?

    Los niños son el regalo más bello en nuestras vidas, cuidemos nuestras palabras…

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